[TDK] | Global talk | Navegando a las aguas turbulentas más allá de la propiedad intelectual: un cuento sobre compartir patógenos durante la pandemia COVID-19 y el impacto del Protocolo de Nagoya.

Lunes 25 | 9:00 – 9:15 (UTC-5)

Diana María Lica

KU Leuven – Institute for Private International Law

A lo largo de la evolución de la pandemia de COVID-19, gran parte de la atención del público se ha centrado en la entrega oportuna de dosis de vacuna, en la disputa verbal y contractual adjunta entre gobiernos y compañías farmacéuticas, o aún en el debate sobre la viabilidad de una renuncia a los derechos de propiedad intelectual relacionados. Sin embargo, otro intercambio de suma importancia se ha dejado en algún lugar fuera del centro de atención: el intercambio de patógenos.


De hecho, compartir entre laboratorios el SARS-CoV-2 que causa el COVID-19 ha sido el primer eslabón dentro de la cadena de desarrollo de diagnósticos, vacunas y terapias. A pesar de su relevancia en la investigación preliminar, el intercambio de patógenos se ha dado por sentado en el backstage de los “acontecimientos científicos”, esto quizás se deba al entendimiento de que los patógenos pertenecen a la categoría de “bienes comunes”.
Sin embargo, una lectura estricta del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) (1992) y el Protocolo de Nagoya de dicho Convenio (NP) (2014) -instrumentos legales que buscan contrarrestar la apropiación indebida de los recursos genéticos de los países y los conocimientos tradicionales asociados- conduce a que los patógenos queden bajo el paraguas de los “recursos genéticos”. Como tales, pertenecen al país de origen, que debe “dar su consentimiento” para que se acceda a ellos en “términos mutuamente acordados” que cubran los acuerdos de “acceso y distribución de beneficios” (ABS) a los beneficios derivados de dicha utilización. En epidemias pasadas -H5N1 (2006), MERS-COV (2012)- Indonesia y Arabia Saudita instrumentalizaron y reformularon el lenguaje del CDB para restringir “legalmente” el acceso a tales patógenos, en un movimiento narrativo calificado como soberanía viral.

Si el brote en China no estuvo acompañado por tales reclamos soberanos, un informe reciente de la OMS sobre “Las implicaciones para la salud pública de la implementación del Protocolo de Nagoya” (6 / Ene / 2021) subrayó los efectos NP durante la pandemia de COVID-19. El objetivo de esta sesión es discutir tales implicaciones, a saber, el PN actúa como un arma de doble filo: crear marcos adecuados para compartir el SARS-CoV-2 pero también frenos considerables; seguido de un debate sobre la puesta en práctica del artículo 8b del PN (acceso rápido a los recursos genéticos en emergencias sanitarias).

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